Lo hacía tan rico,
Como la poesía salía de su lengua de fuego.
Lo hacía tan rico,
Que los ojos querían salirse del contexto,
Y auguraban nuevas visiones,
Y te quedaban las manos temblorosas,
Y no sabias si quedarte tieso de espasmos...
Imaginar una zambullida en una piscina de verano,
O comer el más rico pie de limón recién horneado.
Cuando todo el mundo se te viene abajo,
Y sientes el correr metálico de la sangre por tu espalda,
Te das cuenta,
Que lo habías soñado,
Y estas todo el día, en la calle, en el metro, en todas partes y con todos, Demostrando tu gran e incomprensible sonrisa....
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